domingo, 7 de septiembre de 2014

Madrid, un día cualquiera.

Madrid, un día cualquiera.

Hoy recibí la invitación de tu boda, hoy  exactamente cuando cumples 27 años y a un mes de que cumpla mis 26.  Pero mira cómo pasa el tiempo  ya no somos esos tontos adolescentes que se juraron amor eterno el último  día del colegio en la fiesta de graduación, recuerdo que tu corbata combinaba con mi vestido azul cielo y tu sonrisa iluminaba toda la pista de baile, dijiste que era la chica más bonita que habías conocido y que lo iba a seguir  siendo por el resto de tu vida pero ahora no estoy muy segura de ello porque en unos días será tu boda y un hombre se casa solamente con la mujer más bonita que hayan visto sus ojos.
Te escribo esta carta no para decirte que te sigo amando porque no, no te sigo amando pero si te sigo recordando  ¿qué irónica es la vida no crees? Después de tantos años yo no logro olvidar tu dulce voz y la forma en que me abrazabas cuando todo se estaba cayendo a pedazos. Quién iba a pesar que esa chica de la clase de arte iba resultar siendo el amor de tu vida y  que seis años después ibas a casarte con ella, recuerdo como si hubiera sido ayer las sin fin de propuestas de matrimonio que me decías cada vez que nos acostábamos en el pasto a mirar estrellas fugaces,me decías que solo ibas a casarte si y solo si era conmigo, pero ahora mírate…  y está bien supongo porque la felicidad tocó a tu puerta y no la dejaste escapar.
Sé que tu vida cambiará en unos pocos días como también sé que sigues acordándote de mí cada vez que miras el tatuaje en tu tobillo izquierdo. No me sigues amando y te juro que yo tampoco te amo, estoy con un hombre maravilloso que  me quiere con toda su alma y  que yo amo con toda la mía, solo que es inevitable no recordar todos esos momentos felices y tristes que pasamos en aquella ciudad fría y llena de vandalismo.
 Solo quería que leyeras esta carta para que  recordarás años atrás y sonrieras, pero  más que todo porque  quiero que me prometas que  a partir de ahora serás el sujeto más feliz que ha pisado el universo, quiero que me prometas que amarás a esa mujer que te enamoró con cuadros de arte como ningún hombre jamás ha amado a alguien. Promételo por favor.
No siendo más me despido no si antes darte las gracias por tu invitación, iría encantada pero una vida está delante de mí y no puedo seguir evadiéndola más,  te extraño y le pediré a Dios que te cuide cada día de tu vida. Me voy para siempre aunque para ti ya me haya ido hace muchos años…
No me olvides nunca Alejandro porque estoy segura que ni tu futura esposa te ama como yo alguna vez te amé.
Hasta siempre y espero que el día de mi boda te sientas tan feliz como yo me estoy sintiendo en estos instantes, tan feliz como lo fuimos antes.

-Carta recibida el día de mi boda, supongo que de Loretta. 


Mi vida a través de su alma. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario