Hola ¿Me recuerdas? Hace algunos años decidimos hacer tontas
promesas que hoy están más que enterradas y es increíble lo rápido que pasa el
tiempo porque míranos… ya no somos aquellos niños que se tomaban de la mano para cruzar la
calle. Te escribo porque me voy de la ciudad y en medio de tanto polvo y cajas de
la mudanza encontré una carta que escribiste con tinta negra, ahora que lo
recuerdo jamás fuiste bueno en expresar tus sentimientos pero por alguna extraña razón conmigo fuiste el mejor, siempre
llenabas mis cuadernos con tus poemas cursis y yo siempre escribía nuestras
iniciales en tus brazos y en la palma de tus manos. Me entere que tiraste todas mis cartas y todas esas cosas
tontas que las chicas les regalan a los chicos cuando tienen 16 años pero está
bien porque así era más fácil olvidar mi nombre, las canciones que escuchábamos
juntos y todas esas tonterías que nos aferran
a alguien que ya no está.
El tiempo hizo su trabajo y
sanó las heridas que causaban
dolor especialmente en los días lluviosos y madrugadas solitarias, el
tiempo es sabio pero tonto al mismo tiempo porque se le olvida que nuestro
corazón es terco y tiene memoria, así que no le doy todo el mérito porque quien
decidió dejar de recordarte fui yo, la
misma que se cansó de tantas decepciones y de tus “por siempre” que apenas
duraron unos cuantos meses, pero ya nada de eso importa, en fin éramos solo
unos niños.
He aquí la carta, sonríe, recuerda y salúdame a tu esposa.
“No soy muy bueno expresando mis sentimientos y para serte
sincero es la primera carta de amor que escribo y no sé cómo empezar. Quizá podría empezar recordándote lo hermosa que te
ves sonriendo o estando enojada pero ¿qué
estoy diciendo? Te ves hermosa de cualquier manera, tan hermosa como la primera vez que te vi, llevabas el
uniforme que llevaban otras trescientos chicas pero a ti era la única que le
quedaba perfecto, tu cabello ondulado me enamoró perdidamente y tus ojos
enormes me hacían sentir que había nacido solamente para amarte. Llevamos 258 días juntos pero
para mí es como si te conociera de toda mi vida, siento que mi corazón late muy
rápido cada vez que tomas mi mano para cruzar la calle o cuando te despides con
un beso en la mejilla dejándome el olor de tu brillo labial rosa. Sé que me
quieres sinceramente por la forma en que me miras y en que sonríes cuando te
digo que jamás voy a dejar de amarte, porque es verdad, nunca voy a dejar de
amar a esa niña dulce que le encantan las paletas de agua y sueña con tener un
refugio de animales cuando sea mayor.
No imaginas lo feliz
que soy desde que estás a mi lado y lo único de lo que me arrepiento es de no
haberte encontrado antes. No quiero
perderte nunca, no sería capaz de seguir viendo el mundo como lo veía antes de
que llegaras a mi vida, tan sombrío y tonto porque ahora que estás a mi lado sé
que este planeta vale la pena y no me cansaría jamás de él porque tú habitas aquí.
Te amo como nunca voy a amar a alguien más, mi corazón tiene
tu nombre y sé que el tuyo tiene el mío.
Te amará siempre, tú sabes quién.”
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